El objeto de este libro es ofrecer una visión personal de mi afición taurina, primero ejercida como niño, luego como joven aficionado, después como conocedor del toreo, de toreros y ganaderos, como escritor y biógrafo de tres toreros-Luis Miguel Dominguín, Paco Camino, y José Tomás- que cubren la historia del toreo desde 1939 hasta nuestros días, y por último como gestor de la primera plaza del mundo.
En un ambiente familiar ligado a la cultura se fue moldeando mi sólida afición, que me ha permitido ser un feliz niño aficionado e ir madurando en un adolescente exigente y habitual en los tendidos, en un aficionado en la primera madurez, a ser poco a poco conocedor de ganaderos y de algunos toreros, desde los años ochenta, a ejercer la vocación literaria a través del género biográfico histórico taurino y a culminar mi trayectoria profesional con la atractiva responsabilidad de gestionar la primera plaza del mundo a través de una activa gestión individual y colectiva para darle el prestigio cultural que merece la plaza más trascendente del toreo, durante cinco apasionantes años (2010-2015), en los que tomé decisiones clave para su correcto desarrollo, en los que acredité mí condición de aficionado en la propuesta de toros y toreros, y en los que demostré mi severidad ante las injusticias y mi gran voluntad y vocación de divulgar con la palabra y la pluma la entraña del toreo, la personalidad de toreros y ganaderos, y la controvertida realidad de la organización económica, social y empresarial de la tauromaquia.
Hay en este libro, recuerdos, memoria de grandes momentos felices de mi vida personal y de mi trayectoria de aficionado y creo que argumentos suficientes para haber descrito la trayectoria humana y taurina de quien ha considerado que ser aficionado a los toros ha sido, y sigue siendo, una edificante manera de ver la vida, de disfrutar de ella en los viajes, de descubrir amigos, y de gozar de personajes únicos. Por eso, afirmo que muchos de los mejores momentos de mi vida los he sentido, gozado en una plaza de toros, y en un ambiente taurino. Así pues, ¡qué me quiten lo vivido, lo gozado, lo sufrido y lo que aún me queda por vivir!