Para gustos, colores… sobre todo si hablamos de los vestidos de torear. Cada torero es un mundo y un misterio. Por eso es frecuente que cada matador sienta preferencias por ciertos tonos a la hora de enfundarse el “chispeante”. Algunos se decantan por los tonos oscuros (generalmente, los diestros de complexión más corpulenta) y otros por los claros (los más menudos). Por supuesto, también influye el estado de ánimo y la plaza.
La lista de colores que se utilizan actualmente en los trajes de torear es interminable. A continuación, para hacernos una ligera idea, vamos a conocer los tonos oscuros más populares y, en un futuro post, los claros.
- Azul pavo o rey: se parece al azul cobalto, similar al plumaje del pavo real. Es un azul marino un punto más vivo e intenso. Combina especialmente bien con los bordados en oro.
- Azul marino o noche: se trata de un azul oscuro y es uno de los grandes clásicos en los “armarios” taurinos. Combina muy bien tanto con los bordados en oro, en plata o con la pasamanería en hilo blanco.
- Verde botella: en el apartado de los verdes, destaca el elegante botella, colores de toreros con poso como Juan Mora.
- Burdeos, vino tinto o sangre de toro: nos referimos a la gama de los granates, un punto más oscuros que los granas.
- Nazareno: en el mundo del toro, se denomina nazareno a los vestidos violetas, porque recuerdan a las sayas que utilizan algunos penitentes en Semana Santa.
- Tabaco: el tabaco es un traje de color marrón, similar al tabaco negro. Ningún aficionado dice que un torero va vestido de “violeta y oro” o de “marrón y oro”, sino de nazareno o de tabaco.
- Plomo: se llama así a un gris oscuro.
- Negro, azabache o catafalco: un vestido tremendamente elegante y que estiliza a todos, pero que algunos toreros evitan por ser demasiado serio. El matador de toros José Mari Manzanares lo uso en señal de luto tras el fallecimiento de su padre.